¿Sabías que tu corazón tiene un campo magnético que puede ser medido a varios metros de distancia?

¿Sabías que tu corazón emite cambios electromagnéticos que cambian de acuerdo a tus emociones?

¿Sabías que tus emociones negativas pueden crear el caos en tu sistema nervioso e inmunológico y llevarte a enfermar física o emocionalmente?

¿Sabías por el contrario, que generar emociones positivas te mantiene sano y te hace más atractivo para los demás?

Tu corazón tiene cerebro

Actualmente, el corazón es reconocido por los investigadores como un órgano mucho más complejo de lo que se creía, pues incluso cuenta con una especie de cerebro propio, lo que ha dado lugar a una nueva especialidad llamada neurocardiología, centrada en la investigación del corazón, concebido como un órgano y también como un complejo y sofisticado sistema que recibe y procesa información. Este centro nervioso del sistema cardíaco —denominado cerebro del corazón— lo habilita para aprender, recordar y tomar decisiones funcionales con relativa independencia de la corteza cerebral.

Los investigadores del Instituto HeartMath sostienen la hipótesis de que el campo del corazón actúa como una onda portadora de información que provee una señal sincronizadora que llega a todo el cuerpo; esto significa que las pulsiones de energía se irradian en ondas desde el corazón y que esta energía interactúa con la de los demás órganos y estructuras. El corazón genera el más poderoso y más extenso campo eléctrico del cuerpo. Comparado con el producido por el cerebro, el componente eléctrico del campo del corazón es algo así como sesenta veces más grande en amplitud y penetra cada célula del cuerpo. El componente magnético es aproximadamente 5000 veces más fuerte que el campo magnético del cerebro y puede ser detectado a varios pies de distancia del cuerpo con magnetómetros sensibles. Investigaciones realizadas en el Instituto HeartMath muestran que la información perteneciente al estado emocional de una persona también se comunica vía el campo electromagnético del corazón. Los patrones rítmicos de los latidos del corazón cambian significantemente mientras experimentamos diferentes emociones.

La inteligencia de las emociones positivas

Se ha observado que las emociones positivas e ininterrumpidas parecen hacer surgir un modelo distinto de funcionamiento, al cual llaman coherencia psicofisiológica. Durante este modelo, el ritmo cardíaco exhibe una ola con patrones de forma sinusoide y el campo electromagnético del corazón se vuelve mucho más organizado. Cuando sentimos amor, compasión, misericordia o gratitud, las señales son estables y ordenadas.

En contraste, cuando estamos sintiendo emociones negativas, las señales del corazón son inestables y caóticas, sentimientos como –la ira, la envidia o la frustración— están asociados con un errático, desordenado e incoherente patrón en el ritmo cardíaco. La idea de que hay personas tóxicas que hay que evitar y personas cuyo trato nos enriquece y nos aporta paz espiritual cobra, con estos conocimientos, una mayor convicción.

Los científicos australianos han descubierto que ciertas tortuguitas de agua dulce al nacer sincronizan los latidos del corazón de todo el grupo para romper al unísono los cascarones de sus huevos y cruzar una peligrosa zona en la que acechan sus depredadores. Las personas también sincronizamos los latidos de nuestros corazones cuando emitimos emociones positivas. Es lo que acontece entre las madres y sus bebés, entre parejas que se aman y entre buenos amigos.

Los resultados de estas investigaciones indican la importancia que tiene la coherencia psicofisiológica, que generamos al sentir inteligentemente, en el mejoramiento de la conciencia sensorial orgánica, la condición básica para la armonía de las funciones fisiológicas y por ende de la salud física  y en una notable reducción en el diálogo mental interno, lo que incide en la estabilidad y la salud mental y emocional.

Si logramos la armonía entre el corazón y el cerebro, proyectaremos un magnetismo positivo a varios metros de alcance  emanando serenidad y calma a las personas con las que interactuamos. Es decir, fomentaremos la paz y la concordia en la sociedad que nos rodea.

La armonía cardiológica es un componente esencial de la inteligencia emocional. Si aprendemos a tener “buen corazón”, a apartar de él las emociones negativas, nos abriremos a los demás y mejoraremos el mundo que nos rodea. Te aseguro que tu cuerpo, tu mente y las personas que te rodean te lo agradecerán.

Técnica de coherencia rápida para generar emociones positivas desarrollada por el Instituto HeartMath.

Mantén la atención en la zona de tu pecho.

Respira

  • Lento
  • Suave
  • Profundo

La inhalación y la exhalación, deben ser continuas, sin interrupciones. Inspira cada vez un poco más profundo. Permite que entre todo el aire que quepa en tus pulmones.

Con cada respiración evoca un sentimiento positivo como: afecto, ternura, misericordia o agradecimiento por alguna persona o agrado por algo en tu vida.

Si lo practicas 3 veces al día, al menos 3 minutos cada vez, los resultados serán óptimos. El cuerpo irá aprendiendo a hacerlo espontáneamente.

Las investigaciones demuestran que cuando una persona se encuentra en estado de coherencia, tiene más claridad mental, más capacidad de discernimiento, mayor coordinación psicomotriz y en general más capacidad de afrontar las circunstancias de la vida.

“Al aprender a cambiar nuestras emociones, estamos cambiando la información codificada en los campos magnéticos que se irradian por el corazón, y que pueden afectar a quienes nos rodean. Estamos conectados fundamental y profundamente con los demás y con el planeta”

Rolin McCratey, PhD

Bibliografía

Entrevista a Howart Martin. Recuperado de: www.coherenciacardiaca.es

Instituto HeartMath, www.heartmath.org

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