Navidad y paz interior

Los deseos de paz en el mundo están muy presentes en Navidad, pero hay que ser conscientes que para fomentarla en el exterior primero debemos alcanzarla en nuestro corazón.

La persona que no está en paz consigo misma, será una persona en guerra con el mundo entero.

Mahatma Gandhi

En nuestra época, como nunca antes en la historia,  el conocimiento humano está extremadamente extendido y desarrollado; basta con presionar una tecla para que Google nos conteste rápidamente cualquier duda o nos amplíe cualquier conocimiento; no obstante, se trata principalmente de un conocimiento del mundo exterior. Consumimos una gran cantidad de nuestro tiempo y energía mental mirando hacia afuera, y parece que no nos esforzamos lo suficiente en mirar hacia adentro, en conocernos más, en ampliar nuestro nivel de conciencia.

Nos llenamos la boca con el tema de la paz, pero son muy pocas las personas que logran acceder a una verdadera experiencia de paz interior, que consiguen superar las cruentas batallas de su mente, que pueden sentir tolerancia y aceptación de sus propias debilidades y errores, mucho menos de las debilidades y errores de los demás y como nadie puede dar lo que no tiene, mientras no trabajemos en nosotros mismos a través de la auto observación y el discernimiento, no lograremos salir de la visión egoísta de pensar que si yo y los míos están bien para qué desgastarme por los demás.

Puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que nos falta mucho por transitar en el camino hacia la auténtica paz interior. Basta con ver las noticias de todos los días en la televisión para darnos cuenta de que no hemos entendido nada. Somos los seres más desarrollados del planeta, a nosotros se nos ha confiado el cuidado de los recursos naturales y humanos y ¿qué hemos hecho? No solo acabar con ellos, sino acabarnos incluso entre nosotros. El miedo, la codicia y el deseo de poder son las fuerzas psicológicas que mueven al mundo y que inducen a la violencia, a la injusticia y a la desigualdad tan marcada que vivimos en la actualidad. Y aunque existe el deseo genuino en la mayoría de los seres humanos de vivir en paz, no lo conseguiremos a menos que cambiemos nuestra manera egoísta de pensar y elevemos nuestro nivel de conciencia. En otras palabras no pretendamos que cambie la realidad externa si no trabajamos arduamente por cambiar nuestra realidad interior.

Si queremos recorrer con éxito el camino que nos lleva a la paz interior o interna, es necesario primero serenar los conflictos que existen dentro de nuestra mente.

¿Algunas sugerencias para lograr la paz interior?

 

  • Trabajar diariamente en la observación, detección e identificación de los pensamientos inquietantes, inútiles o amenazantes y sustituir esos pensamientos automáticos distorsionados por pensamientos más realistas, objetivos y lógicos.
  • Ocuparnos todos los días por no alimentar a nuestros monstruos internos: intolerancia, envidia, rigidez, terquedad, impaciencia, violencia intrapersonal, entre otros.
  • Aprender a re-interpretar nuestra historia enalteciendo las experiencias positivas y enriqueciéndonos con los aprendizajes de las experiencias dolorosas.
  • Aceptar la realidad como es, sin intentar cambiarla, y lograr ver el regalo que encierra cada situación.
  • Perderle miedo a la incertidumbre que nos plantea el futuro, confiando en nuestra sabiduría interna y en la guía de un Ser Superior.

La paz interior es la energía vibrante que puede curar al mundo logrando la paz entre las naciones. Cuando utilicemos esta energía para edificar la no violencia, la justicia, la tolerancia y la igualdad nos llenaremos de un poder positivo que satisfará todas nuestras necesidades, y fluirá para ayudar a otros.

Hasta que logremos un balance positivo a favor de la paz interna, reconciliándonos con las ovejas perdidas de nuestra psique, podremos empezar  la búsqueda de una realidad superior, la auténtica paz social.

¡Feliz Navidad para todos mis lectores!

Dra. Ana Laura Ornelas Bolado

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