Hoy les voy a hablar del daño que podemos auto infligimos cuando somos muy críticos  y severos con nosotros mismos.

Goethe dijo, “La peor desgracia que le puede suceder a un hombre es pensar mal de sí mismo”. Darnos cuenta de la calidad de los mensajes que nos decimos es una de las formas más poderosas de modificar la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Existen varios patrones de pensamiento autodestructivo, que son dañinos como:

  • Las Desvalorizaciones. A menudo tenemos pensamientos del tipo “soy un estúpido, “siempre hago todo mal”, “estoy gordo”, “soy un desastre” ”un perdedor”, en ningún caso estos pensamientos son fruto de la realidad sino de nuestras inseguridades, complejos y cosas que en algún momento nos recriminaron.
  • Las quejas. Hay personas que siempre se están lamentando, asumiendo un papel de víctima. Se repiten lo desdichadas que son, los problemas que tienen, la poca ayuda que reciben, convirtiéndose en muchos casos en un círculo vicioso. ¿De qué sirve quejarse? Si tienes un problema ¿haces algo para solucionarlo?
  • Las comparaciones.  Cada persona es única y tiene derecho a ser distinta. Si miramos a nuestro alrededor vamos a encontrar siempre a personas que no tienen los mismos problemas que nosotros, sin embargo ¿Significan que no tengan problemas? Tenemos tendencia a magnificar nuestros propios asuntos y minimizar los de los demás. Si las comparaciones se convierten en algo continuo suelen llevar a bajar nuestra autoestima e incluso a la depresión.
  • Ansiedad anticipatoria Cuando nos preocupamos antes de que el problema se presente, hacemos un gasto energético innecesario, ya que las condiciones que presente el problema pueden en realidad ser muy diferentes a las que previamente habíamos pensado, además esta tendencia a predecir y anticipar lo que va a ocurrir nos lleva a sentimientos de ansiedad por la tendencia de muchas personas a ser catastrofistas y magnificar las consecuencias negativas.
  • La culpa. Las personas que piensan en términos de culpabilidad o inocencia acaban teniendo grandes sufrimientos. Cometer errores es humano e inevitable, si en lugar de sentirnos culpables y frustrados pensamos en el grado de responsabilidad que tenemos sobre lo ocurrido y asumimos las consecuencias que se deriven de nuestros actos, la culpa se transforma en aprendizaje.
  • Las Críticas. Hay personas que están continuamente criticando a los demás porque les hace sentir temporalmente mejor, sin embargo a largo plazo implica vivir en un estado continuo de insatisfacción y desagrado que acaba volviéndose en nuestra propia contra. Es fundamental que aprendamos a aceptar las diferencias.

Si tu diálogo interno tiene algunos de estos patrones de pensamientos autodestructivos recurrentes, evidentemente, tu cuerpo y tu mente reaccionarán ante estos mensajes negativos, creando un círculo vicioso que puede acabar en depresión, episodios de ansiedad, frustraciones, fracasos en las relaciones e incluso adicciones o suicidio.

El primer paso para cambiar estos hábitos de violencia intrapersonal es estar atento a lo que te dices, a los juicios que haces sobre ti, ya que tus pensamientos son los que crean tu cielo o tu infierno. El segundo paso es modificar el diálogo interno, la manera negativa y destructiva con la que en ocasiones te hablas convirtiéndote en tu peor enemigo. Cuando tu mente está inquieta y confusa, cuando piensas negativamente en todo momento, no solo te perjudicas a ti mismo, sino que también afectas a todas sus relaciones. Por ello, es de suma importancia conocer cómo funciona tu mente  y pensar bien de ti y de los demás.

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Se Dueño de Tu Mente